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El Insomnio: más que un síntoma


El insomnio se define como una dificultad para conciliar el sueño o para permanecer dormido, con lo cual se producen alteraciones del funcionamiento diurno, reflejándose en el rendimiento intelectual y/o físico.


Puede ser agudo, que se caracteriza por una duración de menos de dos semanas, casi siempre causado por una crisis situacional como una fuente de estrés claramente identificada, la cual al manejarse con efectividad, conduce a superar el insomnio en la mayoría de las ocasiones, sin necesidad de buscar ayuda profesional.

El Insomnio Crónico, el cual dura más de dos semanas, se convierte en un problema significativo, tanto para las personas que lo padecen como para los profesionales que los atienden, esto debido al alto grado de dificultad en su manejo y la frustración consecuente para ambos, pacientes y profesionales.

Las causas son múltiples; pero, entre las más frecuentes, se encuentran:
  • El consumo de sustancias como alcohol, café, tabaco, refrescos de cola o té.

  • Presentar ciertas enfermedades como depresión, ansiedad, trastornos bipolares, entre otros.

  • Padecer otras enfermedades como el reflujo gastroesofágico, enfermedad úlcero-péptica, obesidad, diabetes, fibromialgia, síndrome de piernas inquietas o apnea del sueño.

  • Ingesta de medicamentos para diversos padecimientos .

  • Embarazo.

  • Hábitos de dormir inadecuados que interfieren con la higiene del sueño.

En el caso del consumo de sustancias estimulantes como el café, es necesario considerar que el tiempo promedio para metabolizarse es largo y puede llegar a alcanzar hasta 14 a 16 horas, por lo que el café ingerido por la mañana puede continuar estimulando a la persona aún por la noche y, sin embargo, no considerarlo importante como causa de insomnio. Situaciones parecidas suceden con el alcohol, el tabaco y algunos medicamentos o, incluso, complementos alimenticios o vitamínicos.

Las causas del insomnio son múltiples, por lo que el tratamiento más efectivo depende del control y la supresión adecuada de sus causas.

El manejo debe ser integral y se inicia con una evaluación completa de la persona y sus hábitos de sueño, de alimentación, de consumo de medicamentos y de ejercicio.

El tratamiento o manejo integral del insomnio debe incluir 5 grandes áreas:
  1. El desarrollo de hábitos del sueño adecuados:

  • No ver televisión en la cama.

  • Evitar actividades estimulantes antes de dormir, como ejercicio intenso o ver programas de televisión activos o ruidosos.

  • Tomar un baño de agua tibia.

  • Evitar el consumo de bebidas estimulantes, incluidos los refrescos de cola; es preferible un vaso de leche tibia.

  1. El uso de técnicas de relajación, entre las que se incluyen:

  • La respiración abdominal profunda y lenta.

  • El ejercicio regular durante el día.

  • Técnicas de relajación muscular.

  • Realizar ejercicio

  1. Desarrollar una estructura de sueño-vigilia regular y constante:

  • Ir a la cama a dormir a sus horas, se tenga sueño o no.

  • Dormir sólo lo necesario.

  • Evitar las siestas.

  • Respetar los horarios para el sueño y/o la vigilia.

  1. Restricción de estímulos luminosos y auditivos.

  2. Tratamiento médico:

  • Evitar la auto-medicación.

  • Evaluar el consumo de medicamentos prescritos para otras enfermedades que pueden interferir con el sueño y valorar la prescripción y consumo de medicamentos para conciliar el sueño que, de ser necesarios, deben ser prescritos por un médico, previa evaluación del paciente.

  • Incluir un programa de seguimiento

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