Enriquece la autoestima de tu cónyuge

Observa y estudia a tu cónyuge. Después de tantos años de convivencia, hay cosas que no se perciben por resultar comunes. Observa sus tareas, la manera de dirigirse a otros, la forma de sonreír, las soluciones que da a los problemas, el sentido del humor y, en definitiva, todo lo que constituye la riqueza vital del otro.
Toma nota de los aspectos de más valor. Después de una observación cariñosa, anota mentalmente las cosas que más aprecias de él o de ella.
Expresa verbalmente esos aspectos que te agradan. Habla a tu cónyuge de sus virtudes de forma abierta y en tono emocional afable. Comunica cosas concretas: - Lo delicioso de esa comida.--El trabajo casero bien hecho. -Su forma dulce de hablar.
No bromees o ridiculices a tu cónyuge. Al hacer esto, especialmente en presencia de otras personas, puedes herir su autoestima. La persona sensible no tomará nunca las cosas en broma, más bien nutrirán su inseguridad.
* Cuida de tu propia autoestima. Con demasiada frecuencia un buen concepto de si mismo es condición necesaria para nutrir la autoestima del otro. Por esta razón muchos psicólogos trabajan en la edificación dl autoconcepto de uno de los cónyuges para que este pueda más adelante ayudar a sus compañero/a.
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