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¿Cómo llevarnos bien en el matrimonio?


Photo by Christiana Rivers on Unsplash

Cuando somos novios nos sorprende ver lo compatibles que somos. Reímos, jugamos, hablamos, nos gustan las mismas cosas y sentimos que definitivamente “somos el uno para el otro”. Esto es alimentado por la complicidad del amor naciente; ese sentimiento maravilloso que llamamos enamoramiento.

Nada nos detiene, y cuando una persona nos advierte sobre los obstáculos que encontraremos, sentimos que seremos capaces de superarlos fácilmente porque estamos en la etapa de la conquista, y seremos complacientes al máximo.

Al casarnos, la convivencia revela las imperfecciones que no habíamos visto en la etapa del noviazgo. Dejamos de conquistarnos y descuidamos los detalles que hacían agradable la convivencia. Es cuando surge la decepción y emerge el desencanto.

¿Eso significa que no somos el uno para el otro? ¡No! Simplemente ahora debemos trabajar el amor, no a partir de las emociones que surgen de la novedad, la conquista, y el enamoramiento, sino a partir del compromiso. El amor crece por el compromiso que adquirimos de hacer prevalecer lo bueno sobre lo malo, y de mantener intacta la admiración aprendiendo a disimular lo que no está bien para valorar las virtudes.

¿Qué podemos hacer para que la relación progrese, y siga siendo emocionante y agradable vivir juntos?

1. Sigamos siendo novios

Hagamos que esas cosas maravillosas que nos identificaban se mantengan. Tratémonos con la gentileza y la delicadeza con la que lo hicimos antes. Dirijámonos a ella o a él con respeto, como si le estuviéramos conquistando todo el tiempo. Ser novios significa cuidar los detalles, admirar las virtudes y disculpar los errores.

2. No idealicemos

Cuando idealizamos, lo hacemos basados en las expectativas que tenemos de nuestro cónyuge. Cuando estas expectativas no son cumplidas podríamos llegar a decepcionarnos con facilidad. Acepte a su cónyuge tal cual es. No ignore sus momentos difíciles, y reconozca que tiene defectos y debilidades. Esto nos permite trabajar en nuestro crecimiento personal para mejorar junto a nuestro cónyuge.

3. Cuidemos la privacidad

Lo que sucede en el matrimonio es solo de la pareja, no se habla con los demás, no se expone al cónyuge ante la familia extendida o los amigos. Las cosas que nos ocurren son solo nuestras y de nadie más. Una forma de cuidar el matrimonio es protegiéndolo de influencias externas.

4. Eliminemos la crítica

Cuando convivimos es fácil ver los defectos en los demás, y tendemos a corregir lo que consideramos que está mal en las personas más cercanas; principalmente en nuestro cónyuge. Decidan que nunca se van a criticar con sarcasmo, menosprecio, o delante de otras personas. Cuando tengamos algo que decirnos lo diremos como sugerencia, pero no como crítica.

5. Seamos agradecidos y elogiémonos mutuamente

Siempre tenga una palabra de reconocimiento para su cónyuge, tanto en público como en privado. Decida que todo lo que exprese de su cónyuge será para resaltar sus virtudes y logros. Esto nos permite acercarnos confiadamente, y elimina el temor a sentirnos juzgados y criticados.

6. No gritemos, hablemos con gentileza y amabilidad.

Es fascinante el efecto que tiene en el ambiente cuando nos hablamos con una voz suave y serena. Para lograrlo, debemos enfriar las emociones alteradas y ejercitar el auto control o dominio propio cuando hayan desacuerdos o discusiones. Esto nos permite evitar decir palabras que lamentemos luego y nos acerca más, porque somos conscientes del esfuerzo que tuvo que realizar el otro para mantener la calma.

7. Pasemos tiempo juntos.

Cuando somos amigos disfrutamos estar juntos: juguemos, divirtámonos, leamos un buen libro, oremos el uno por el otro, hablemos de temas interesantes o simplemente contemplemos el atardecer en silencio. El secreto es hacer agradable el estar juntos y disfrutar el recorrido.

8. Aprendamos de los demás, pero no comparemos nuestro matrimonio.

Cuando admire un matrimonio, aprenda de ellos, pero no se compare con ellos, porque cada matrimonio tiene su propia forma de ser y su propio momento de vida. El matrimonio es como una escultura donde cada obra es única y diferente a las demás. No se compare, ni compare a su cónyuge con otras personas, porque eso le robará sus fuerzas y la alegría de todo lo que han conquistado por ustedes mismos. Pero sí podemos aprender los unos de los otros, y eso requiere una buena dosis de humildad y madurez.

9. No tengamos secretos.

La infidelidad nace cuando comenzamos a tener secretos entre nosotros: claves en los celulares, conversaciones en oculto y fantasías que nos separan. Nada nos distancia más que tener secretos, porque nos motivan a mentir y nos conducen a caminos peligrosos cuyo fin es de dolor y lamento. Alégrese con su cónyuge, sea honesto, transparente, genuino y auténtico, es lo que nos permite tener la conciencia tranquila, disfrutarnos mutuamente y vivir plenamente lo que somos.

10. Tomemos juntos las decisiones importantes.

Esto nos permite crecer en armonía, y detenemos la injerencia negativa de otras personas. Por eso, cuando sus padres, sus amigos o compañeros de trabajo le sugieran hacer algo que involucre a su familia, consulte con su cónyuge, esto protege y fortalece la relación.

El amor crece cuando lo protegemos, lo cultivamos y trabajamos en fortalecerlo.

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