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Como la palmera


Photo by Thomas Lefebvre on Unsplash

El justo florecerá como la palmera; crecerá como cedro en el Líbano. Salmo 92:12.

Estoy cansado. El viaje desde Foz de Iguazú, en el sur de Brasil, hasta Lexington, en la parte centro oeste de los Estados Unidos, llevó 15 horas. El sueño casi me vence, mientras Jorge dirige el vehículo que nos conduce a Nashville. A pesar del cansancio es imposible dejar de admiriar la puesta del sol y, especialmente, el color majestuoso de las hojas de los árboles. "Usted debería haber llegado quince días atrás; era una explosión de colores y formas", dice mi compañero.

Llegué justo cuando el otoño está llegando a su fin en este hemisferio norte, donde estoy ahora. Las hojas comienzan a caer, dejando un espectáculo deprimente que anuncia la llegada del invierno. Quien comtempla los árboles, aparentemente secos y sin vida, no imagina que después del invierno otras hojas brotarán y volverá nuevamente la explosión de colores y formas.

Eso me anima. El versículo de hoy dice: "El justo florecerá como la palmera; crecerá como cedro en el Líbano". Este versículo habla de esperanza, a pesar de las circunstancias duras y dificiles que puedan aparecer. Esperanza es la certeza de que mañana todo va a ser mejor de lo que es hoy, porque Jesús está en el control de la vida.

La palmera era considerada la reina de los árboles en aquellas tierras desérticas. Mientras otros árboles no se desarrollaban, apenas alcanzaban a ser arbustos por falta de agua, la palmera crecía recta y elegante, porque sus raíces se hundían hasta hallar el líquido elemento en las profundidades de la arena sin vida.

Así son los justos. Saben dónde encontrar sabiduría y aprenden a vivir una vida de prosperidad y felicidad, a pesar de las adversidades que la vida puede presentar.

Es tarde ya en la autopista que va de Lexington a Nashville, pero nunca es tarde para quien busca a Jesús, fuente de justicia y vida. Las hojas caen por aquí, anunciando la llegada del invierno riguroso. A pesar de eso, no hay porqué estar triste o temer. Este invierno también pasará y llegará la primavera anunciando que un día, tal vez más pronto de lo que esperamos, llegará la primavera eterna donde el Sol de justicia brillará para siempre.

No te desanimes. Encara este nuevo día con el corazón lleno de esperanza, porque "El Justo florecerá como la palmera; crecerá como cedro en el Líbano".

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